Prácticamente todas las lavadoras incluyen un ciclo de lavado rápido que nos permite tener nuestra ropa lista en unos 15 o 30 minutos. La existencia de este ciclo de lavado es muy útil para ahorrarnos mucho tiempo en la tarea, aunque debemos tener en cuenta de que no es un ciclo de lavado apto para todas las prendas ni situaciones.
Dependiendo del estado de las prendas, del tipo y material del que están fabricadas, así como su color, habrá ocasiones en las que el ciclo de lavado rápido no pueda funcionar eficazmente. Por ello, en este artículo te explicamos para qué nos puede ser muy útil el ciclo de lavado rápido y qué errores solemos cometer cuando lo utilizamos.
No toda la ropa vale para el ciclo de lavado rápido
La lavadora es uno de esos electrodomésticos imprescindibles en los hogares. Con el paso del tiempo, estos aparatos han adquirido nuevas capacidades, sobre todo aquellas que ofrecen funciones inteligentes y técnicas de machine learning para optimizar todo lo posible el ciclo de lavado y el consumo energético.
Entre todos los modos de lavado existentes, hay uno que suele destacar por el poco tiempo que tarda en tener listas nuestras prendas, haciendo que nos preguntemos si de verdad es tan eficaz como el resto de modos. La respuesta es clara: no lo es.
Sin embargo, hay ocasiones en las que el modo de lavado rápido o express nos puede salvar de un aprieto. Generalmente, este ciclo de lavado está diseñado para prendas que no han sido ensuciadas en exceso y no presentan manchas difíciles de quitar. Por lo que, si cada día cambias de ropa y la que se te acumula en la silla o en el cesto no tiene manchas y solo se ha mantenido el sudor o el olor corporal, un ciclo de lavado rápido puede ser idóneo para dejar listas estas prendas.
Si tus prendas necesitan un lavado rápido, han sido utilizadas solamente una vez, no presentan manchas visibles y no tienes mucho tiempo, el ciclo de lavado rápido te salvará de un apuro.
Eso sí, el problema viene cuando la gente intenta lavar la ropa muy sucia o con manchas difíciles esperando buenos resultados. Dado que el ciclo rápido usa menos agua y detergente y dura menos tiempo, no es adecuado para limpiezas profundas. En su lugar, este tipo de prendas deberían lavarse con un ciclo normal o más prologando para obtener una limpieza efectiva.
La suciedad es solamente uno de los factores por los que necesitamos adaptar el ciclo de lavado a la prenda. Por ejemplo, si queremos lavar ropa blanca que necesitan ser desinfectadas, lo mejor es aplicar un ciclo más largo a 60 grados centígrados. Lo mismo ocurre para ropa de color excesivamente sucia, donde necesitaremos un ciclo a 30 grados más duradero y un detergente adecuado para eliminar las bacterias y manchas.
El ciclo de lavado rápido, generalmente no sobrepasa los 30 minutos y utiliza un lavado a 30 grados de temperatura. Este ciclo también puede venir muy bien para cuando has comprado ropa nueva y quieres lavarla y desinfectarla antes de estrenarla.
Otro caso para el que podemos utilizar el ciclo de lavado rápido es para los bañadores y bikinis. En este caso, esta prenda suele guardarse cuando llega el invierno, por lo que el ciclo de lavado rápido puede ser muy útil para no arruinar la tela de estos bañadores mientras también la desinfectamos. Lo mismo ocurre para la ropa interior o ropa que utilicemos frecuentemente para hacer deporte.
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