Una botella de agua por cada correo electrónico de 100 palabras escrito por ChatGPT. Este es el precio que el medio ambiente tiene que pagar para que los chatbots de inteligencia artificial (IA) funcionen correctamente. Así lo revela un nuevo estudio realizado por el Washington Post en colaboración con investigadores de la Universidad de California en Riverside, quienes analizaron la cantidad de recursos naturales que el bot conversacional de OpenAI necesita para realizar sus funciones más básicas. «Cada petición en ChatGPT pasa por un servidor que realiza miles de cálculos para determinar las mejores palabras a utilizar en la respuesta», escribe el medio, señalando que los servidores generan calor para realizar los cálculos necesarios.
Según Shaolei Ren, profesor asociado, el agua transporta el calor generado por los servidores a torres de refrigeración para ayudarlo a salir del edificio. Sin embargo, en las zonas donde los recursos hídricos son relativamente escasos, se prefiere utilizar la electricidad para enfriar las instalaciones con sistemas similares a los grandes aparatos de aire acondicionado. Esto significa que la cantidad de agua y electricidad necesaria para procesar una sola respuesta de chatbot de IA depende de la ubicación del centro de datos, así como de la proximidad del usuario a la instalación.
Aumenta el consumo de agua y electricidad
Por ejemplo, en Texas, ChatGPT consume 235 mililitros de agua para generar un correo electrónico de 100 palabras. En cambio, cuando un usuario hace la misma petición desde Washington, se consumen hasta 1,408 mililitros, casi un litro y medio, por correo electrónico.
Con respecto al consumo de electricidad, The Washington Post contabiliza que para la redacción de un correo electrónico se requiere la misma cantidad que una docena de focos LED para funcionar durante aproximadamente una hora. Y si solo una décima parte de los estadounidenses utilizara ChatGPT para escribir un correo electrónico una vez a la semana durante un año, el proceso consumiría la misma cantidad de energía que cada hogar de Washington en 20 días. Una cifra notable que no pasa desapercibida.