Legos narrativos y ciencia ficción apocalíptica
Además del legado de Ken Levine, lo que ha puesto a Judas en el radar ha sido, por un lado, la estructura de su narrativa y su ambientación de ciencia ficción. En esencia, la historia del título parece que se desarrollará en la Mayflower, un arca interestelar que viaja con los últimos restos de la humanidad hacia Próxima Centauri, un destino interesante cuando menos ya que es considerado por la astrofísica moderna como uno de los sistemas más aptos para un posible viaje espacial. No obstante, según sabemos, la trama se centrará más bien en la lucha de poder entre tres figuras principales que gobiernan la nave: Tom, un purista humano que busca preservar a la especie en su forma original; Nefertiti, su esposa, que está más en el barco de la transformación de gente en una suerte de raza de cyborgs perfeccionados sintéticamente; y, finalmente, Hope, la hija adoptiva de ambos, cuyo objetivo es borrarse de la existencia. Son edades complicadas.
En medio de todo este meollo se encuentra Judas, una revolucionaria con bastante estilo que podría ser interpretada perfectamente por Uma Thurman y que, de algún modo, ha conseguido liberarse del sistema de control social de la Mayflower; a grandes rasgos hablamos de una especie de Gran Hermano brutal que gestiona la vida de los ciudadanos del arca y que regula su comportamiento. Lo cierto es que la crítica social y filosófica, con ciertos matices, siempre fue una de las constantes de BioShock y es de suponer que en Judas veremos alguna nueva iteración de esa dualidad libertad-control que ya ha marcado los trabajos pasados de Levine.
Por otro lado, y adentrándonos ahora en el segundo punto de porqué Judas ha llamado tanto la atención desde su anuncio en los Game Awards de 2022, parece ser que el título implementará una estructura narrativa modular, a modo de “legos narrativos”, que a priori buscan ofrecer una historia altamente rejugable que cambia constantemente con las decisiones del jugador. Esto, al final, es algo que llevamos escuchando muchos años en el mundillo, así que recomiendo un poco de cautela, pero sí que es cierto que, de funcionar correctamente, podría llegar a ofrecer no solo múltiples finales, algo relativamente común, sino también varios caminos posibles que vayan cambiando de acuerdo con las interacciones que tengamos con esos tres dirigentes de la nave y con el resto de miembros de la tripulación.
Entre el shooter en primera persona y el immersive sim
En cuanto a la jugabilidad, «Judas» se presenta como un shooter en primera persona con un fuerte enfoque en la narrativa, recordando a clásicos como BioShock, pero con algunas innovaciones clave. La mecánica de «forjar o romper alianzas» con otros personajes se perfila como una pieza central del juego, lo que sugiere la posibilidad de decisiones morales y la gestión de relaciones interpersonales, algo similar a los sistemas vistos en los RPG narrativos modernos, algo que todavía estar por comprobarse.
A nivel de exploración y combate, se espera que la acción esté acompañada de habilidades especiales, herramientas y armas únicas, una seña de identidad con la que Irrational Games ya tuvo mucho éxito en el pasado. Desde el estudio afirman que las armas y poderes únicos permitirán a los jugadores crear su propio estilo de juego. De igual manera, el diseño de los entornos y la exploración del Mayflower apuntan a una experiencia más inmersiva, con la posibilidad de interactuar con los diferentes personajes para alterar el curso de la narrativa. Esta interacción no solo impactará en la historia, sino también en las mecánicas de combate, lo que recuerda a la filosofía de «narrativa emergente» que mencionábamos anteriormente. Es de esperar, por tanto, que aliarnos con un personaje o con otro tenga no solo implicaciones argumentales sino también jugables, probablemente en forma de nuevos poderes o herramientas.
CONCLUSIONES
Judas se perfila como uno de los lanzamientos más esperados del próximo año, eso por descontado; eso sí, solo el tiempo dirá si estamos ante otra obra maestra del estudio, como el BioShock original o Infinite. De entrada, su propuesta narrativa, basada en “legos” argumentales que cambian la historia en función de nuestras decisiones, su ambientación futurista, lóbrega, repleta de neones y de explosiones en un viaje intergaláctico, y su jugabilidad de shooter en primera persona que mezcla armas, poderes y herramientas tecnológicas, ya nos parecen motivos más que suficientes para estar muy pendientes de él. Queda menos para salir de dudas: de momento apunta a primavera de 2025 (muchos rumores apuestan por marzo). Saldrá para PlayStation 5, PC (Steam, Epic Games), y Xbox Series.