El barrio es nuestro
Lo que en un principio parece que es un título de plataformas y acción en el que avanzar en una consecución de niveles, pronto cambia de tercio y nos presenta un pequeño escenario abierto con zonas que explorar y completar a nuestro ritmo. Esto lo decimos porque nuestra ardilla comienza encerrada en un laboratorio del que debe escapar, y sin conocer previamente el título es lógico pensar que nos vamos a encontrar con diversos niveles lineales en los que avanzar hasta culminar con la venganza sobre los hombres que nos han encerrado. Pero eso no es del todo correcto, ya que cuando salimos del laboratorio nos encontramos con un amplio barrio que recorrer y en el que poder encontrar zonas independientes en las que adentrarnos en el orden que deseemos, teniendo como parte fundamental de la historia los enfrentamientos contra los jefes de la organización. Estos lugares funcionan a modo de pequeños niveles con diversos objetivos que completar para conseguir las bellotas ocultas y otros elementos escondidos. En el barrio de repente podemos encontrarnos con una casa cuyo suelo es lava, la celebración fallida de una boda en un jardín, un skatepark con la altura de un edificio, o un campo de rugby, entre otros.
El armamento es una pieza muy importante en la aventura y es que no únicamente nos sirve para poder derrotar a los agentes que nos quieren dar caza, también son una herramienta para desplazarnos. Podemos utilizar las armas de fuego para realizar varios saltos en el aire utilizando el retroceso al disparar hacia abajo. Conseguir las bellotas que hay dispersas por el barrio o las casas del vecindario nos ofrecen la posibilidad de desbloquear más armas además de la pistola, tales como escopetas, uzis, o incluso lanzagranadas. También existe la posibilidad de desbloquear medios que nos hacen desplazarnos más rápido como puede ser un coche teledirigido parar ir por tierra o un dron para hacer lo propio por el aire. Además de las bellotas normales, que funcionan a modo de «moneda», y las doradas que son el objetivo principal, también hay otros coleccionables, pero los más importantes después de las bellotas pasan a ser los accesorios de ropa. La ropa no es algo meramente estético, al menos no todos los casos, ya que encontramos algunos accesorios que nos aportan efectos, los cuales son necesarios en muchos casos para conseguir las bellotas doradas.
Las plataformas y la acción tienen la misma importancia, pero estas dos características se ven mermadas por unas mecánicas jugables muy justas y repetitivas, un porrón de bugs y un apartado técnico mejorable. El sistema asistido de apuntado facilita los disparos a los enemigos, y en los saltos es fácil errar en muchas ocasiones, tanto por el control como por un mal enfoque de la cámara. Las fases de los jefes ofrecen situaciones en las que en muchos casos debemos combinar la conducción y los disparos, algo que debería ser divertido, pero que pasa a convertirse en algo frustrante. Por suerte el videojuego no es muy largo, por lo que pese a todo esto podemos disfrutar de la experiencia si somos capaces de mediar con todas estas carencias o los bugs que nos hacen recargar punto de control en más de una ocasión.
En lo artístico estamos ante un videojuego muy discreto en los tiempos que corren. La disparidad de escenarios dentro del barrio y acontecimientos hacen que cada zona sea diferente del resto, pero los decorados no ofrecen el cuidado o el detalle suficiente y en ocasiones nos encontramos con casas muy vacías o sin encanto. En cuanto a las animaciones de los vecinos del barrio, o de los agentes, poco que destacar, más bien lo contrario, ya que es fácil verlos atravesar arbustos u otros elementos del decorado que no deberían. Este es un claro caso de que contar con Unreal Engine 5 no lo es todo si el motor no se utiliza y exprime como debería. En general nos encontramos con un título mediocre si nos centramos en lo que entra por los ojos. En lo sonoro tampoco hay mucho que destacar y las melodías cumplen con la mera función de acompañar los momentos en los que más acción hay en pantalla.
CONCLUSIONES
Squirrel with a gun es uno de esos «simuladores locos» que no están enfocados a todos los jugadores. Se trata de una experiencia divertida, ya que el juego realmente lo es, pero la experiencia se ve rodeada de un montón de elementos poco trabajados o que podrían haberse exprimido más, por lo que nos deja con la sensación de ser un popurrí de ideas plasmadas en un escenario en el que hacer lo que se nos ocurra. Un título puede ser mediocre o simple en muchos sentidos, pero los bugs es algo que el jugador no tiene que estar dispuesto a perdonar, y aquí tenemos más de los deseados. Es por esto que Squirrel with a gun aprueba con algo de esfuerzo y dejándonos con la sensación de haber podido encontrar un título mucho más pulido.
Copia digital proporcionada por PressEngine