De acuerdo con un reciente estudio emprendido en Estados Unidos por KPMG, el 79% de los CEO augura que el teletrabajo pasará a mejor vida en un lapso de apenas tres años.
Amazon fue noticia hace unas semanas por dar el hachazo al teletrabajo en sus dominios. A partir del año que viene el gigante del e-commerce obligará a todos sus empleados a acudir a la oficina cinco días a la semana (aunque habrá, no obstante, algunas excepciones a la norma). Se trata de un cambio que el gigante del e-commerce implementa convencido de que terminará redundando a la postre en una mejora de su cultura corporativa, pero que ha soliviantado a buena parte de su plantilla.
Aun cuando existen evidencias científicas que sugieren que el trabajo híbrido y el teletrabajo tienen un efecto potencialmente balsámico en los trabajadores, a muchos CEO estas dos fórmulas no les convencen en absoluto y desean imponer a sus trabajadores el regreso total a la oficina, como era habitual antes de la entrada en escena de la pandemia del coronavirus.
De acuerdo con un reciente estudio emprendido en Estados Unidos por KPMG, el 79% de los CEO augura que el teletrabajo pasará a mejor vida en un lapso de apenas tres años y los empleados deberán, por ende, a volver a trabajar en la oficina cinco días a la semana.
Conviene hacer notar que hace solo unos meses solo el 34% de los consejeros delegados hablaba abiertamente de la muerte de facto del «home office» en los próximos tres años.
En esta misma línea, hoy por hoy apenas el 17% de los CEO (hace unos meses el 46%) da su beneplácito al trabajo híbrido. Y solo el 4% de los consejeros delegados cree en el teletrabajo al 100% (sin necesidad de acudir ningún día de la semana a la oficina).
Muchos de los CEO consultados en su informe por KPMG se guardan ya planes bajo la manga para incentivar el regreso a la oficina de sus empleados. El 86% desea, de hecho, recompensar activamente a aquellos trabajadores que retornen a la oficina. Y para ello barajan incentivos como las subidas de salario y los ascensos para aquellos empleados que se avengan a regresar a la oficina. ¿Lo malo? Que aquellos trabajadores que prefieran seguir trabajando desde casa se verán privados probablemente de este tipo de incentivos, aun cuando su rendimiento se sitúe por encima de la media.
Que al otro lado del charco los CEO tengan tanto afán en enterrar el teletrabajo podría provocar eventualmente muchas tensiones en el mercado laboral estadounidense, donde el 53% de los empleados trabaja al menos parcialmente desde casa.
Puede que los CEO abominen el teletrabajo, pero los empleados no están de acuerdo con la abolición del «home office»
Muchos jefes se escudan en los programas para incentivar el regreso de los empleados a la oficina para recortar puestos de trabajo mediante la renuncia voluntaria de quienes deciden no pasar por el aro (que no son pocos). Según un estudio de Bamboo HR, una cuarta parte de los directivos senior utilizan, de hecho, el regreso a la oficina como excusa para cercena la plantilla.
Aun cuando los CEO se amparan a menudo en la productividad que supuestamente favorece el trabajo presencial para imponer a sus subordinados la vuelta a la oficina, no hay suficientes evidencias que corroboren este dato. Y hay incluso informes que contradicen que el trabajo presencial lleve efectivamente en volandas la productividad de los empleados. Por lo pronto el 22% de las empresas no se toman la molestia de evaluar si el regreso a la oficina (y el fin del teletrabajo) se traduce en efecto en un incremento de la productividad de los empleados.
En España un informe publicado recientemente por Factorial concluye que el 35% de los empleados cree que su productividad ha mejorado un poco gracias al teletrabajo, mientras que más del 10% da cuenta de una mejora significativa y el 36% no aprecia cambios.
La investigación emprendida por KPMG en Estados Unidos coloca asimismo bajo los focos otros temas de interés para los CEO. Y uno de esos temas es la IA. El 68% de los consejeros delegados contempla esta tecnología como una prioridad a la hora de invertir pese a los nubarrones económicos. Además, el 21% de los CEO espera que el gasto en IA genere un retorno de la inversión en un plazo de entre uno y tres años, mientras que el 68% vaticina que la inversión en esta tecnología tardará entre tres y cinco años en dar frutos.
El 72% de los CEO considera que la IA no tendrá un impacto fundamental en el número de trabajos asumidos por los humanos de carne y hueso, pero cree simultáneamente que es necesaria la formación para aprender a usar esta tecnología. Solo el 27% de los CEO asume, por otra parte, que la IA creará más trabajos de los que destruirá.
Finalmente, el 85% de los CEO declara su confianza en el crecimiento de economía estadounidense y el 74% dice lo propio de la economía global, mientras que el 78% cree las empresas a su cargo continuarán también pegando el estirón en los meses venideros.