Poner la lavadora para dejar la ropa libre de manchas es algo habitual, pero no cualquier temperatura sirve si queremos eliminar bacterias y ácaros. Esto cobra aún más importancia cuando se trata de la colada de la ropa de cama.
No se trata solo de eliminar manchas visibles, sino también de erradicar cualquier rastro de gérmenes, bacterias y ácaros del polvo. Por ello, es fundamental seleccionar la temperatura adecuada, asegurándonos de que no dañe la ropa de cama mientras la desinfecta eficazmente.
La temperatura adecuada
De entrada hay que tener en cuenta que para una correcta higiene, es aconsejable lavar la ropa de capa al menos una vez a la semana. Esto incluye tanto la colcha, pero sobre todo las sábanas y las fundas de la almohada y con menos frecuencia colchón y almohadas. Además, es conveniente ventilar y airear cada día, cuando hacemos la cama, toda la ropa.
Y a la hora de lavar la ropa de cama, para eliminar eficazmente ácaros, gérmenes y bacterias, se recomienda lavarla a una temperatura de unos 60ºC (60 grados Celsius) o más. A esta temperatura, la mayoría de los ácaros y bacterias no pueden sobrevivir y serán eliminados durante el ciclo de lavado.
Según la Sociedad estadounidense de las Enfermedades Torácicas, el proceso de lavar la ropa a 30ºC o 40ºC hace que sólo se elimine entre un 6,2% y un 6,5% de los ácaros del polvo.
Es importante tener en cuenta que muchas reacciones alérgicas se deben a las heces de los ácaros o a los restos de ácaros muertos. Aunque los ácaros pueden eliminarse con productos acaricidas o antiácaros, estos métodos no eliminan los alérgenos que dejan atrás.
Por otro lado, es esencial seleccionar la temperatura adecuada sin excederse (más temperatura no siempre significa mejor resultado), ya que un exceso podría no solo dañar la ropa, sino también generar un gasto innecesario en la factura de la luz.
Lavar la ropa en agua fría consume menos energía, ya que no es necesario calentar el agua, pero no se recomienda para la ropa de cama ni para prendas que necesiten ser desinfectadas. Según la OCU, lavar a 30ºC o menos puede ahorrar hasta un 60% de energía, pero a esa temperatura no se logra eliminar la suciedad resistente, los ácaros ni los gérmenes.
Es fundamental revisar las etiquetas de cuidado de la ropa y seguir las instrucciones del fabricante antes de lavarla a altas temperaturas, ya que algunas telas pueden dañarse o encogerse. Hay que prestar atención a aspectos como el color y, sobre todo, la composición del tejido, ya que estos factores, junto con las indicaciones de la etiqueta, determinarán el programa más adecuado en la lavadora. En el caso de la ropa de cama de algodón, una temperatura de entre 40ºC y 60ºC será suficiente, mientras que para la ropa sintética se puede optar por una temperatura más baja.
Además, puedes considerar el uso de detergentes antibacterianos o productos específicos para eliminar ácaros y bacterias. Y por último, no olvidar que el secado adecuado de la ropa de cama también es importante para garantizar que cualquier microorganismo restante sea eliminado. Secar la ropa de cama a alta temperatura en una secadora o al sol puede ser útil para este propósito.
Imagen portada | Moerschy en Pixabay
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