2025 será un año marcado por la convergencia de la inteligencia artificial (IA), la proliferación de canales digitales y la búsqueda incesante de conexión humana.
¿Cuáles serán los retos a los que tendrán que enfrentarse los CMO en 2025? AdAge ha desglosado los principales retos que los directores de marketing (CMO) afrontarán en 2025, un año marcado por la convergencia de la inteligencia artificial (IA), la proliferación de canales digitales y la búsqueda incesante de conexión humana. En este panorama, la clave será combinar la innovación tecnológica con estrategias auténticas que generen resultados medibles y sostenibles.
La inteligencia artificial como aliada estratégica para los CMO en 2025
La IA ya no es solo una herramienta, es un acelerador de crecimiento y un optimizador de costes. En 2025, los CMOs la utilizarán para automatizar tareas repetitivas, como la colocación de publicidad o la calificación de leads, liberando recursos para centrarse en estrategias de alto valor.
Además, la IA cambiará radicalmente la manera en que los consumidores descubren y compran productos. Con agentes automatizados que gestionan desde la reposición de productos hasta los precios dinámicos, las marcas deberán alinear sus estrategias con estas nuevas dinámicas. Herramientas como análisis predictivos permitirán crear campañas altamente personalizadas que maximicen el ROI, incluso con presupuestos ajustados.
Dominar la proliferación de canales, un reto pendiente
El creciente universo de puntos de contacto digitales fragmenta cada vez más la experiencia del cliente. Desde redes de medios de venta al por menor y plataformas de streaming hasta entornos de videojuegos, el viaje del consumidor será más disperso que nunca.
Los CMOs deberán adoptar un enfoque omnicanal que integre datos de múltiples plataformas para ofrecer experiencias coherentes y personalizadas. La flexibilidad será esencial: los equipos de marketing tendrán que adaptarse rápidamente a nuevos canales o a la evolución de los ya existentes, transformando la complejidad en una ventaja competitiva.
De la conversación tradicional a la interacción auténtica
El marketing conversacional, impulsado por chatbots y herramientas basadas en IA, será una de las estrategias más disruptivas. Plataformas como Perplexity están integrando preguntas patrocinadas que permiten a las marcas participar en conversaciones en tiempo real, transformando los anuncios intrusivos en interacciones orgánicas y relevantes.
Sin embargo, el éxito en este ámbito dependerá de la autenticidad. Los consumidores valoran las marcas que se esfuerzan por entender sus necesidades en lugar de limitarse a vender productos. Casos como el de Sephora, que utiliza chatbots para ofrecer recomendaciones de belleza personalizadas, destacan el potencial de estas herramientas para mejorar la experiencia del cliente y aumentar las tasas de fidelización.
El poder del toque humano
Aunque la adopción de la IA está en auge, los consumidores no quieren perder el componente humano en sus interacciones con las marcas. Y es que las personas desean construir relaciones basadas en emociones y confianza, algo que la IA, por sí sola, no puede ofrecer.
Un ejemplo destacado es el de Chewy, tal y como destaca AdAge, un minorista de alimentos para mascotas que envía cartas escritas a mano y felicitaciones de cumpleaños para las mascotas de sus clientes. Este enfoque demuestra que pequeños gestos pueden generar un impacto emocional profundo.
Relevancia cultural y visión a largo plazo como reto para los CMO en 2025
Por otro lado, la agenda de 2025 también incluye la necesidad de ser culturalmente relevante sin perder la esencia de la marca. Estrategias como las transmisiones familiares de la NFL en colaboración con Nickelodeon muestran cómo las marcas pueden conectar con nuevos públicos de manera innovadora, siempre que lo hagan de forma genuina.
Mantener este equilibrio requerirá que las marcas inviertan en comprender las dinámicas culturales de sus audiencias, adaptando sus mensajes para resonar con distintos segmentos mientras protegen su integridad.