Tocando ya casi con los dedos el final de 2024, todavía me encuentro a muchos conocidos que renuncian de forma voluntaria al ahorro que nos brindan las nuevas tecnologías en casa en materia de luz. Por eso, nunca está de más recordar algunas de las claves que hemos repetido, y una que se suele pasar por alto. Sí, las bombillas LED son nuestras amigas, pero incluso si no las tenemos en casa, hay trucos para ahorrar un pico, sobre todo eliminando suciedad.
Limpia y ahorra. A veces se nos olvida que las luces que llevan en el techo o en la lámpara de turno meses, también necesitan limpieza. De hecho, y según la OCU, el uso de la luz (bombilla/lámpara) adecuada y limpia con regularidad nos puede ayudar a recortar hasta un 25/30% de la factura. No solo eso. Tener una iluminación limpia también puede ser clave si, por ejemplo, estamos preparando una casa para la venta.
Es cierto que limpiar los accesorios de iluminación, sobre todo los del techo, es una molestia que requiere una escalera de mano y pulso firme, pero es una tarea que, si realizamos un mínimo de dos veces al año, nos brinda la luz por la que estamos pagando. Las bombillas sucias arrojan, además, un 30% menos de luz que las limpias, según el Departamento de Energía de EEUU. Añádele algo de polvo extra y algún insecto muerto y las cifras caen todavía un poco más.
Beneficios de una limpieza regular. Usar bombillas LED, elegir las de bajo consumo, aprovechar la luz natural, usar reguladores de intensidad o apagar las luces en habitaciones vacías suele ser el dogma a seguir desde hace mucho tiempo, pero la suciedad siempre está ahí, aunque no la veas.
Por ejemplo, al eliminar el polvo y la suciedad, la luz emitida por la bombilla se utiliza de manera más eficiente, lo que mejora la calidad de la iluminación sin necesidad de incrementar el consumo de energía. Además, cuando están limpias no hay necesidad de encender más fuentes de luz para compensar la pérdida de brillo. Ya sea un hogar o negocio, esto puede reducir significativamente el consumo eléctrico.
La acumulación de polvo en las bombillas también puede hacer que trabajen más duramente para emitir la misma cantidad de luz, lo que puede provocar que se calienten más y se desgasten antes. Dicho de otra forma, al limpiarlas regularmente, se reduce el riesgo de sobrecalentamiento y se extiende la vida útil de las bombillas.
Cómo limpiar una bombilla. Lo primero: es fundamental asegurarse de que la bombilla esté apagada y fría antes de limpiarla para evitar quemaduras o daños. Para limpiar el polvo superficial, se suele sugerir un paño de microfibra o trapo suave y seco (el agua puede entrar en las grietas y dañar los componentes electrónicos). Eso sí, evita los productos químicos, ya que algunos pueden dañar el revestimiento de la bombilla.
Cómo limpiar lámparas de techo. Las pantallas y las bases de estas también deben mantenerse limpias. Las pantallas sucias, además, pueden bloquear la luz, reduciendo la eficiencia y creando sombras no deseadas. Además, si es de techo nunca debemos tratar de limpiarla sin retirarla.
Se recomienda sacarla y sumergirla en un fregadero con agua y jabón antes de secar y darle brillo con un paño. Importante también, no colocar las lámparas de cristal en el lavavajillas. ¿La razón? No suele estar diseñado para lavavajillas y puede dañar tanto la lámpara como el aparato.
Cómo limpiar luces empotradas. Si lo que vamos a limpiar es la típica luz con bombilla plana empotrada en el techo, se recomienda un plumero de mango largo, perfecto para atrapar el polvo y las telarañas. Para una limpieza más profunda, limpia el interior de los recipientes y las bombillas con un paño de microfibra o un trapo ligeramente húmedo. Si es posible, retirar el panel o difusor que cubre la bombilla primero para acceder mejor (y a poder ser, cortando la corriente antes).
Cómo limpiar ventiladores de techo. Por último, toca hablar de cómo limpiar los ventiladores (sí, también ahorras energía). En este caso, después de cortar la electricidad para evitar cualquier accidente, se recomienda colocar una sábana o trapo debajo del ventilador para recoger el polvo que caiga.
Si las aspas están muy sucias, debemos usar agua tibia con jabón suave y luego asegurarnos de secarlas bien. Finalmente y si queremos darle un repaso extremadamente profundo, podemos limpiar el motor y la carcasa con un paño seco o ligeramente húmedo.
Imagen | Old Photo Profile, K. Latham
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