Con Soul Reaver hay que reconocer que había una legión de fieles fans de la saga que llevaban tiempo demandando esta actualización de los clásicos que tienen ya más de 20 años de historia. Y antes de entrar en detalles ya podemos confirmar que su adquisición merece la pena, aunque haya varias cuestiones que no podemos pasar por alto.
Soul Reaver nació como un capítulo más de la saga Legacy of Kain y nos cuenta la historia de Raziel, un vampiro que sirve al señor Kain y que durante los años de reinado del mismo evoluciona más que su maestro. De esta manera, Raziel desarrolla unas alas, algo que le pone por encima de Kain, al que no le hace ninguna gracia. Por eso, como rey y señor de Nosgoth, decide arrojarlo al abismo con el objetivo de acabar con su vida y seguir siendo el vampiro más avanzado de su mundo. Como puedes imaginar, el plan sale regulero y un Raziel desfigurado se moverá entre el inframundo y el mundo real para rendir cuentas sobre su vida y su situación actual.
Esta historia que puede parecer una locura, encaja perfectamente con el estilo de juego de Soul Reaver, ya que es una aventura de acción con plataformeo, algo muy habitual en los juegos de su época. Básicamente nos pasaremos el tiempo cambiando entre mundos, derrotando enemigos con los elementos disponibles del escenario (quemando, empalando, es decir, lo normal en el mundo vampírico) y descubriendo cómo saltar a la siguiente plataforma o zona.
Pero vamos a lo interesante: ¿cómo lo ha hecho esta vez Aspyr? Ellos fueron los encargados de remasterizar los tres primeros Tomb Raider de una manera excelente y con una muy buena recepción por parte de la crítica. En este caso nos encontramos ante una saga muy querida pero evidentemente menos masiva que las historias de Lara Croft. El primer Soul Reaver ha sido remasterizado prácticamente como los ya mencionados Tomb Raider: texturas mejoradas, framerate, modelos de personajes y enemigos actualizados y, un elemento muy importante, las cinemáticas también han sido remasterizadas. Por suerte han podido acceder a los elementos gráficos originales de Crystal Dynamics y le han dado un buen lavado de cara al juego.
Aún así, la obsesión con la fidelidad hace que el primer Soul Reaver se quede demasiado parejo entre su versión remasterizada y su versión original. Como, por suerte, podemos cambiar de versión del juego con un botón, notamos las diferencias, que en el caso del primer juego se limitan al modelado de los personajes y a la resolución, aunque el salto cualitativo no es tan destacado. Al fin y al cabo, no es un remake, sino que Aspyr se debe a la obra original, se encontrara como se encontrara. Y aunque la fotografía y el estilo de Soul Reaver es increíble, hay elementos que envejecen un poco mal, con escenarios demasiado cuadrados o vacíos.
La cosa cambia con Soul Reaver 2, un título que ya se lanzó en Playstation 2, por lo que aquí tenemos mucha más calidad gráfica salida de la fuente original. En esta ocasión la remasterización parte de un juego más grande y potente y eso se nota a nivel visual, aunque no fuera tan exitosos como el clásico de la primera Playstation.
El control se ha mejorado y adaptado a la actualidad, algo que era imprescindible y que aunque en Tomb Raider no acaba siendo del todo útil (la cruceta era imprescindible), aquí sí que nos movemos en escenarios mucho menos cuadriculados. De manera que notaremos la diferencia sobre todo en el primer Soul Reaver, al poder controlar a Raziel con el stick analógico, mover la cámara con total libertad y explorar los escenarios con una fluidez que era imposible hace casi 30 años. Como todo buen juego 3D de PSOne sigue habiendo imprecisiones en algunos puntos, pero ahora la experiencia es mucho más agradable. Recordemos que vuelve el modo foto, que nos permite fotografiar el entorno y, de la misma manera que en las aventuras de Lara Croft, aprovecharlo como elemento jugable y adelantarnos a otros tramos del escenario para descubrir qué nos espera al girar la esquina, si así lo preferimos.
Hay que agradecer que se añada un mapa de Nosgoth: es tal cantidad la de niveles que nos encontramos, los portales que cruzamos y demás que siempre viene bien un elemento de referencia para ahorrarnos algo de tiempo o descubrir qué coleccionables nos quedan por encontrar en cada uno de los mundos. Otro de los cambios grandes es la inclusión del ciclo de día y noche en el juego original. En su día estuvo planteado como opción pero se descartó, por lo que se rescata una funcionalidad que Crystal Dynamics hubiera querido implementar en la primera Playstation.
Además del juego en sí, dónde se ha cuidado la remasterización es en todo lo que envuelve el título: empezando por el doblaje al español, que se ha mantenido con una excelente calidad, en una época en la que solo algunos de los grandes juegos se doblaban, y manteniendo también el doblaje original para quien lo prefiera. Pero dónde Soul Reaver 1&2 Remastered sorprende y muy positivamente es en la inmensa cantidad de extras que ofrece.
No estamos hablando de un trailer y 4 imágenes del arte conceptual. Aquí Aspyr ha aprovechado lo bien organizado que estaba el material fuente para traernos desde renders a artes conceptuales, diseños creados por fans, fotografías con los cosplays más increíbles, storyboards, fotografías del desarrollo y su equipo, vídeos con escenas extras que no llegaron al juego final, la banda sonora completa con su reproductor, mapas de Nosgoth ampliando el lore… En definitiva, un sinfín de extras que hacía tiempo que no veíamos en un videojuego.
Pero si hay un extra que se lleva la palma son los niveles perdidos. Nada más y nada menos que cuatro niveles que no llegaron a la versión final del juego por diversas razones. Son jugables completamente desde el menú de extras. Igual que sucedió con The Last of Us Parte 2, incorporar esas escenas en el juego final hubiera implicado un trabajo y esfuerzo demasiado complejo que, además, habría modificado demasiado la revisión del juego original. Así que se queda como extra, pero un extra de lujo real.
CONCLUSIÓN
Soul Reaver 1&2 Remastered sigue la estela de las remasterizaciones de Tomb Raider: con un gran esfuerzo en aportar mejoras gráficas pero sin tocar la base, el esqueleto de una saga que ya funcionó bien en su día y que nivel de preservación, se agradece mantener así. Dos aventuras que marcaron una época y con una legión de seguidores muy fieles. El primero, un clásico de la primera Playstation que combinaba plataformas con puzzles y lucha, así como una historia de vampiros y redención oscura como pocas. El segundo, una secuela muy mejorada a nivel gráfico para Playstation 2 y muy fiel a su estilo. Ahora es Aspyr quién se encarga de traer a la actualidad estos dos clásicos y lo hacen de una manera más que notable: mejoran lo existente, incluyen controles más accesibles, un mapa con todas las zonas de Nosgoth y aunque a nivel visual no haya un cambio tan increíble como hemos visto en otras remasterizaciones, se compensa con una cantidad de extras inmensa entre los cuales destacan cuatro niveles perdidos que podemos jugar para completar la experiencia. Sin duda, para todos aquellos que disfrutaron con la saga en su día y para los que se quedaron sin probarla, es un imprescindible.
Jugado en Playstation 5. Copia digital proporcionada por Sandbox Strategies.